Te enamoraste de él.
Muy amoroso.
Como si nunca hubieras amado a nadie.
Sus besos y abrazos te cegaban, pero no podías ver que no te los daba por amor, sino por lujuria.
Ignoraste todas las banderas rojas que te decían que no le gustabas.
Incluso si vio cosas que no le gustaron, las ignoró. Porque eras adicta a él. Se había convertido en el oxígeno sin el cual no podrías vivir.
Él era la única persona que podía alegrarte el día con solo una sonrisa. Tenía tanto poder sobre ti, pero no te diste cuenta hasta que fue demasiado tarde.
Todo el tiempo que viviste con él, pensaste que lo tenías todo. Pensabas que todo estaba bajo control.
Pero estabas equivocado.
¿Y sabes qué es lo peor? Incluso si hoy eres consciente de todo eso, todavía no te has rendido con él.
Todavía estás convencido de que él es tu final feliz y que están destinados a estar juntos.
Todavía tienes esperanzas y sueños para ambos. Todavía imaginas que te pedirá en matrimonio, provisto de este hermoso anillo que habías visto.
Quieres creer que simplemente no sabe cómo mostrarte su amor. Crees que te ama, pero tiene problemas para expresar sus sentimientos.
¿Y sabes con qué sueñas tú también? De esta casita en el barrio que te gusta.
Sueñas que algún día se convertirá en tu hogar. Ya se pueden escuchar las voces de los niños corriendo por el jardín. Te imaginas todo. Tu cuento de hadas.
Pero solo falta un ingrediente. Él. Y desafortunadamente, él no siente lo mismo que tú.
Él nunca se comprometerá contigo como esperas. Nunca te vio como real.
Para él, siempre fuiste la chica divertida, la que le dio todo lo que necesitaba.
Sexo. Adrenalina. Alimento para su ego. Pero nunca este sentimiento de estar hechos el uno para el otro.
Nunca te vio como la persona con la que se casaría algún día. Solo te vio como alguien con quien divertirse.
No ve la tristeza en tus ojos cuando te maltrata. Él no ve que estás triste porque estás esperando que él se recomponga.
Dios, hay días que ni te ve. A él no le importa lo que tengas que decir. No presta atención a tus necesidades y deseos. Y tú lo sabes.
Lo sabes demasiado bien. Pero por alguna razón que no puedes explicar, todavía estás allí, arrastrándote junto a él y rogando por su atención.
Todavía estás ahí, diciéndole que si no puede llamarte en todo el día, está bien.
Sigues ahí, diciéndole que entiendes que está ocupado y que si te habla, su jefe se enfadará.
Sigues ahí, consolándola porque él no puede mejorar profesionalmente.
Entonces es a ti a quien termina gritando porque tiene problemas en el trabajo.
Estás ahí, diciéndole que pasará y que estás orgullosa de él, como si fuera importante para él.
Pero este no es el caso. Un hombre como él nunca intentará hacerte feliz. Él no pondrá el anillo en tu dedo y te hará su esposa.
No. No es ese tipo de hombre. Es un cobarde, porque no te deja ir, pero tampoco permite que tu relación crezca.
Y tan pronto como te des cuenta, podrás liberarte de las cadenas que ha envuelto alrededor de tus tobillos.
Anhela tenerte cerca, porque lo haces sentir bien. Pero no lo suficiente como para que realmente se comprometa contigo.
No tienes futuro con este hombre. Y lo sabes demasiado bien.
Solo estás tratando de averiguar si es probable que eso cambie, porque todavía esperas verlo darse cuenta de qué tipo de mujer tiene a su lado.
Pero eso no sucederá. Nunca verá lo excepcional que eres. Nunca reconocerá todo el bien que le has traído.
No, pensará que vino de otra persona. Ciertamente de alguien que no lo ama ni la mitad de lo que tú lo amas. Pero por alguna razón que se nos escapa, le bastará.
Nunca será ese hombre que te despierta por la mañana con croissants y café caliente.
Nunca será ese hombre que te cuida cuando estás enfermo. Nunca será ese hombre que se interesará por ti y te defenderá.
No, es de los que te van a abandonar como si nada, como si nunca hubiera habido química entre vosotros. Es de los que te engañarán a la primera oportunidad.
Es de esos que te volverán loco, para después hacerte creer que todo es culpa tuya.
Es uno de esos que te destrozarán por completo, si le das la oportunidad.
Es uno de esos que no saben nada de ti, pero aun así quieren convertirte en la persona más importante de su vida.
Es de los que lo quiere todo, pero no tiene intención de darte lo mismo a cambio.
Pero sé que eventualmente abrirás los ojos y verás con claridad. Sé que eventualmente verás lo poco que significas para él.
Y sé que en algún momento decidirás darle todo el amor que llevas dentro a la persona más importante de tu vida. Sé que te lo darás a ti mismo.
Y amor ?
El amor llegará cuando creas que no estás preparado para ello. Te golpeará y ni siquiera te darás cuenta.
Pero sabes que ? Será lo mejor que te haya pasado. Finalmente será real.
