Es viable aliviar a bastante gente en un estado de furia extrema. Eso sí, hay que presenciar y usar distintas opciones y tácticas para poder ver cuál marcha mejor en la persona específica, pues es verdad que no en todos los casos todo da los desenlaces inmediatos que deseamos. Ciertas tácticas funcionales son:
1. Desviar la atención a otro tema. Cuando menos un rato.
Emplea técnicas de relajación
En el momento en que identifiques enfado, trata de canalizarlo antes de confrontar a tu pareja. De este modo evitarás que las conmuevas se apoderen de la situación y charlen por ti. Para esto, puedes llevar a cabo ejercicios de respiración, realizar alguna actividad física que te deje drenar (como correr o caminar), meditar, etcétera.
Puede ser difícil al comienzo, pero con la práctica puedes utilizar estos otras técnicas para achicar su furia.
Seamos empáticos y reflexivos
En el momento en que nuestra pareja está ya lista para asumir su deber en la relación, asimismo debemos asumir otro. Es en esta etapa en el momento en que la empatía y la reflexividad tienen la posibilidad de ser de mucha ayuda. Requerimos empatizar con las causas de su furia, entender sus causas, comprenderlas en contexto y conectarnos con sus conmuevas y sentimientos.
De igual forma, debemos adoptar una actitud reflexiva. Sin reflexión, corremos el peligro de asumir acríticamente los datos, lo que puede producir sentimientos de culpa. La empatía y la reflexividad indudablemente nos asistirán a arreglar el inconveniente, en el caso de que nuestra pareja esté preparada para ofrecer el paso.
Círculo de seguridad (Temor)
En este círculo nos situamos en el momento en que estamos seguros, la relación inspira seguridad, hay respeto, no hay invasión (del espacio ni del tiempo) y tampoco se incordió.
Sabes que la otra persona no te está lastimando y no debes ponerte a la protectora. Su presencia genera armonía en ti. Hace aparición con la persona con la que te gusta hay piel. Él no representa una amenaza. Para esto, la emoción que procurará esa seguridad va a ser el temor, del que se procurará acompañamiento y seguridad. El temor va a ser el que nos advierta que verdaderamente no hay seguridad.
Aquí tenemos la posibilidad de situar al otro en el momento en que aparte de sugerirte seguridad te transporta a estudiar pues te contribuye algo. No resta, siempre y en todo momento suma, de ahí que te hace progresar y progresar. No te hace perder el tiempo. Hay honestidad y sensibilidad entre los 2. La comunicación es dinámica y gratificante. Hay claridad y empatía. Tu pareja sabe escucharte y plañir contigo si es requisito. Te sientes comprendido. Para advertir que hay plenitud, la emoción que se vincula y que nos va a ayudar va a ser la tristeza. Eso no quiere decir que jamás se lleve a cabo sentir, pero si hay un exceso, quiere decir que no hay verdaderamente el avance que deseamos.