En cualquier relación de pareja tienen la posibilidad de aparecer ocasiones que pongan en cuestión la aptitud del otro para ponerse en nuestro sitio, o al reves. Como resultado, nuestros sentimientos están primero en nuestra lista de solicitudes y los ubicamos sobre lo que el otro logre sentir; sin preguntarse si este es el instante conveniente para expresarlos, o aun si esta es la mejor forma de nombrarlos y explicarlos. En semejantes ocasiones, los dos integrantes de la pareja tienen la posibilidad de sentirse incomprendidos; actuamos sobre las suposiciones de la otra persona y nos dejamos llevar por ellas, sin sentarnos a charlar de lo que nos logró sentir de este modo. No usamos nuestra aptitud empática, cualidad primordial para garantizar el confort en nuestra relación.
La empatía, como comentábamos en el parágrafo previo, está relacionada con la aptitud de sentir las secuelas de nuestros actos en el resto. Según los estudios, hay múltiples tipos; relacionada a la manera de sentir los sentimientos del resto. De esta forma, charlaríamos de empatía cognitiva en el momento en que alguien puede imaginar de qué manera se siente otra persona, de tipo puramente intelectual. Por otra parte, la empatía sensible, donde se tienen la posibilidad de sentir conmuevas afines o idénticas a las de un individuo. En una pareja, en consecuencia, estos 2 elementos se muestran como esenciales intercesores para juntar distintas caminos de vida y dejarnos ser nosotros, con toda naturalidad y calidez.
Estudiar a oír
No tiene que ver con enmudecer con resignación aguardando tu turno para defenderte o expresar tu criterio, opinar o aun evaluar los sentimientos y la situación . Entonces no se habla solo de silenciar tu voz, sino más bien asimismo tus pensamientos. Detén responsablemente tu diálogo interior para entender realmente al otro. La mayoria de las veces, en la mitad de una discusión mientras que permaneces en silencio, buscas en tu cabeza las expresiones y los hechos para lograr contestar, pero prácticamente jamás andas atento a eso que te afirma tu marido o mujer, por esa razón no alcanzó un acuerdo. real. Percibir con empatía es dejarse ingresar, entender el sentimiento en el momento en que tu mujer te afirma “me siento solo, triste o desilusionado” o en el momento en que tu marido te afirma “me siento molesto, asfixiado, fatigado” no apresures tu contestación, solo escucha, que hable, que afirme lo que piense. Merece la pena solicitarle a tu pareja datos sobre lo que te dice, como: ¿cuánto tiempo provoca que te sientes de esta forma? ¿Qué he hecho que te hace sentir de este modo? ¿De qué forma tenemos la posibilidad de arreglarlo? – Pienso que hay una diferencia importante que puede mudar substancialmente el resultado de la discusión en el momento en que verdaderamente se escuchan.
En el momento en que haya llegado al punto de obtener y percibir los sentimientos de su cónyuge, impidiendo evaluar o hallar responsables, viene algo fundamental en este desarrollo y es el de ser solidario con ese mal, angustia y necesidad que siente el otro. ¿Recuerdas una situación donde expresaste tu solidaridad con alguien? O sea lo que deseo que sientas, este deseo de asistir, de procurar mudar la situación, pues a ti asimismo te duele.
En el momento en que amamos, el mal del amado es nuestro y no tenemos la posibilidad de ser indiferentes a este mal oa esta necesidad. No tenemos la posibilidad de proseguir tal y como si nada hubiese pasado. Entonces disponemos el deber ética de accionar en razón de este amor. Ningún esfuerzo es en balde en el momento en que lo hacemos para prosperar nuestra relación. Tu reacción puede ir desde comenzar un desarrollo de cambio personal hasta sencillamente abrazarte mientras que permaneces cerca de tu pareja. Ella te lo agradecerá y en el momento en que le toque escucharte, seguramente proseguirá tu ejemplo.
Pero, ¿por qué ocurre esto?
Lo mucho más posible es que a entre las 2 partes (oa las dos) le resulte realmente difícil hacer el ejercicio citado: poder salir de uno mismo y ingresar en el planeta del otro. Admitir de qué forma lo ven, qué precisan o de qué forma se sienten no es una contestación válida, lo que transporta a una total incomprensión de por qué razón la pareja está actuando de esa forma, ocasionando frustración por el hecho de que la otra persona no ve todo «como precisamente» como yo lo veo. .
Es común que esta clase de actos se produzcan de forma involuntaria, puesto que hablamos de opiniones profundas que fueron una parte de nuestro desarrollo de educación o avance, por lo que solo deseamos proteger nuestra forma de ver la vida. De ahí que, es esencial poder detectar si verdaderamente somos empáticos o no, y de qué forma parar este período.
3- Festeja cada pequeño paso
Confrontar a un inconveniente mental no es moco de pavo, especialmente cuando no se tiene asistencia técnica.
Es un desarrollo complejo, lleno de avatares, adelantos y retrocesos. Al comienzo, puede sentir que su intención de asistir marcó la diferencia, pero no se confunda, visto que haya avance no quiere decir que no va a haber incidentes. .
«Lo que tú sientes, yo lo siento»
Piensa que tu pareja llega a casa tras un duro día de trabajo; Tan rápido como lo ves ingresar, sabes que algo sucedió y te afirma que tuvo un mal día, tomó las resoluciones equivocadas y desea plañir.
La pareja empática entiende los fallos del otro, admite y admite que los dos son humanos y también imperfectos, exponiendo acompañamiento con oraciones como «Comprendo que cometiste un fallo y comprendo esto que puedes sentir».