Enamorarse sucede espontáneamente. Simplemente sucede, y no tenemos ningún poder sobre ello. No elegimos de quién nos enamoramos.
Es solo algo que nos pasa. Es un “clic” que no puedes sentir con cualquiera.
No podemos obligarnos a enamorarnos incluso cuando alguien cumple con todas nuestras expectativas, e incluso cuando sabemos que es la pareja perfecta para nosotros.
Tiene que haber «química».
La química es precisamente lo que une a dos personas. Es una chispa, un magnetismo y un vínculo que los une.
La mayoría de la gente asocia la química con la tensión sexual siendo la más fácil de reconocer, pero hay otros dos tipos de química que deben acompañar a la primera para que el amor sea real.
El amor basado únicamente en la química física no durará mucho. Una vez que termina la fase de luna de miel, las parejas se dan cuenta de que no hay nada más que los mantenga unidos.
Es por esto que existen tres tipos de química que deben coexistir, para que el amor de dos personas alcance su máximo potencial y sea real, verdadero y duradero.
1. Alquimia física
Las personas son criaturas muy visuales e impulsadas por sus instintos básicos. La química física, o mejor dicho, la atracción sexual, es lo primero que une a dos personas.
Definitivamente es el tipo de alquimia más poderoso porque en su mayoría caemos bajo su influencia y no podemos evitarlo, pero es solo parte de la ecuación.
El sexo puede ser alucinante. Hasta el punto de llevarte al punto en que ya no puedes distinguir la lujuria del amor.
Puede ser emocionante y emocionante, pero siempre corres el riesgo de que te rompan el corazón.
La alquimia física es el punto de partida, y puede convertirse en amor, pero si no evoluciona más, y si faltan los otros dos tipos de alquimia, será fugaz y de corta duración.
2. Alquimia Intelectual
La mejor manera de describir este tipo de química es el «clic» que sentimos cuando finalmente tenemos la impresión de hablar con alguien que nos entiende.
Puedes hablar sin parar durante horas sin aburrirte.
Puede omitir temas y volver a ellos. Puedes sentarte en silencio sin que se vuelva incómodo.
Realmente es una gran sensación. Es como si hubieras encontrado una parte de ti mismo en el interior de otra persona.
Te llena de una sensación de seguridad y una felicidad increíble porque has encontrado tu pareja intelectual.
Si eres un sapiófilo, este tipo de química puede hacerte muy atractivo sexualmente para alguien.
Si es así, estás de suerte porque todo lo que se necesita es química emocional para que la relación funcione y nunca termine.
3. Alquimia emocional
¿Alguna vez has tenido esa sensación única de que ya conociste a una persona en otra vida?
Cuando hay algo familiar en ella, y no puedes evitar sentirte cerca de ella, aunque solo la conozcas desde hace un tiempo.
Esta persona importa.
Es importante en tu vida, incluso si no tienes una prueba concreta de por qué es así. Se llama química emocional.
Vuestras almas se reconocen y saben que deben estar unidas.
Mientras que la química intelectual hace que dos personas se conecten a través de la conversación, la química emocional hace que se conecten a través de sus sentimientos.
Es por eso que a veces obtienes más de lo que jamás podrías imaginar.
Estar con esta persona te llena de seguridad y armonía, y sabes que estás donde debes estar. Esta persona nunca se irá cuando las cosas se pongan difíciles.
Ella estará allí, a través de todas las tormentas y el mal tiempo.
Ahora ves por qué estas alquimias deben coexistir. Solos, no pueden pasar a algo más grande y no durarán mucho.
Pero juntos, están en perfecta sinergia, y son los 3 componentes principales del amor real, verdadero y hecho para durar toda la vida.